Esta línea reconoce que la protección de los ecosistemas para asegurar la provisión de los servicios ecosistémicos garantizan la disponibilidad de agua para el desarrollo de cualquier actividad social y económica. Dentro de los principales desafíos a atender está revertir el estado de transformación e intervención en que se encuentran los ecosistemas que, al mismo tiempo, ofrecen una variedad de servicios no solo para provisión de agua, sino para mejorar la calidad de vida de las personas y asegurar la sostenibilidad del territorio.

Persisten aún desafíos como la reducción de la deforestación y la trasformación de las áreas de páramo y ecosistemas estratégicos para la recarga hídrica que son fundamentales para la seguridad hídrica. Las esferas de análisis sobre salud de los ecosistemas, resiliencia y gestión del riesgo se encuentran embebidas en esta línea estratégica para constituirse como los fundamentos esenciales para la sostenibilidad ecosistémica y el desarrollo local sostenible (RAP-E Región Central & PNUD, 2021).